ARTE y DIALOGO INTERCULTURAL / julio- agosto 2014




¿De qué manera la cultura puede fortalecer y promover los derechos humanos?
Desde los que estamos implicados en el quehacer cultural de diferentes formas, construyéndola, defendiéndola, reinventándola, la pregunta podría ir de la siguiente manera:
¿Es posible hablar de derechos humanos dejando a la cultura de lado?
Esta otra forma de plantear la interrogante es una invitación a la reflexión activa y rebelde: Una Invitación para quitarnos la legaña de los ojos y con asombro vemos lo que ha estado pasando en este mundo globalizado, monopolizado y por lo mismo, enfermo.
Se nos ha querido convencer de la idea de que los derechos humanos se piensan, ejercen y defienden desde el ámbito de lo legal, lo político, lo social, pero nunca vinculado al universo de la o las culturas.
Sin embargo, solo si potenciamos la dimensión cultural será posible entender la integralidad de los derechos humanos, porque la cultura es lo que da sentido al hecho humano de la existencia, del pensar, del sentir, del actuar, de la vida misma. La cultura es la plataforma desde la que construimos nuestras identidades individuales y colectivas.
Necesitamos una cultura creativa para construir nuevos corredores económicos, libres de exclusión y explotación. Necesitamos una cultura sin fronteras para quebrar los muros del egoísmo y el miedo. Necesitamos una cultura de la alegría para recuperar las calles y ser nuevamente comunidad. Necesitamos sentirnos culturas de amor, de respeto, de sueños colectivos que se construyen desde la mirada del otro, hacia las manos del otro, junto al latido del otro…. Culturas para defender los derechos que son de todos, para todos, siempre.