Conversatorio: Construyendo Identidad en Villa El Salvador
¿Alguna vez la identidad de las ciudades fue un tema superado? No lo creo. Aunque la duda cabe porque no estamos libres de contaminarnos por el escepticismo de la época. Pero, ¿y si así fuera el caso?, ¿si la duda nos invade? No lo veo como un problema. Por el contrario, sobran razones para afirmar que este escepticismo no es igual al que se instaló en las dos últimas décadas. Es un escepticismo inconforme, que elabora salidas razonables, no es el de la distancia cínica. Es la demanda de la época que vuelve a plantearse las grandes preguntas que nos fundaron como civilización, como nación o como sociedad. Sucede en Latinoamérica, sucede en Latinoamérica y EEUU. Qué es la democracia ahora, qué identidad hemos perdido y se ve amenazada, etc. Si esto pasa en el mundo, ¿por qué las ciudades con riquísima tradición no pueden volver a preguntarse por su identidad, con la sana actitud de asumir el presente para hacerse cargo de el?
El Pepe Mujica dijo algo muy bacán en uno de sus últimos discursos: “el mundo se divide entre los comprometidos y los no comprometidos”. En las sociedades líquidas, donde el lazo se diluye si le da de lleno el sol, la frase tiene mucho sentido. El compromiso es un buen lugar para entender porqué la terquedad de volver a preguntamos por la identidad es un buen punto de partida para asumir los retos de la Ciudad.
Y veamos cómo se presenta. Esto lo vamos a ver en el conversatorio organizado por el Foro 50, en el que tengo la suerte de ser panelista. Hay que mantener el deseo del debate con ideas, no con descalificaciones.
Elvis Mori.