Cuando acercamos el mundo del compost a niños y niñas les damos la posibilidad de comprender la vida en su dimensión cíclica, de valorar todas las fomas de vida, desde la más peqeña lombriz hasta el majestuoso árbol, pero sobre todo, de volver al origen, donde la comida viene de la tierra y no del mercado



Compostar es educación vivencial, conciencia ambiental, filosofía, salud, nutrición, respeto. Compostar es aprender a vivir bonito en nuestra ciudad

Aquí nuestro compañero Arturo y su taller de compostaje en la IEI Mi Pequeño Hogar

Gracias a la directora Maribel y las docentes por su motivación y cariño
#Compost #BuenVivirUrbano #EducacionComunitaria